Lo que parecía una tarea sencilla terminó en un grave accidente en el barrio 30 de Agosto del Plan 3000. Un niño de apenas 8 años, enviado por su madre a recoger limones de la casa del vecino, sufrió un trágico percance al resbalar en el terreno. En el desafortunado incidente, se incrustó un fierro tipo lanza en el antebrazo, atravesando peligrosamente cerca de su muñeca.
Los gritos de dolor del menor alertaron a los vecinos, quienes, al ver la gravedad del caso, llamaron inmediatamente a los servicios de emergencia. El equipo médico que llegó al lugar actuó con rapidez y precisión. Aplicaron un torniquete para detener el sangrado y, en una maniobra delicada, usaron una amoladora para cortar el fierro que seguía atrapado en el brazo del niño. Luego, inmovilizaron cuidadosamente la extremidad para prevenir mayores daños antes de trasladarlo a un centro médico en una ambulancia.
El menor se encuentra bajo atención médica especializada, y los médicos trabajan para evitar complicaciones debido a la naturaleza de la herida. Este suceso ha generado consternación en el vecindario, donde los residentes ahora exigen medidas de seguridad más estrictas para evitar este tipo de accidentes, señalando que estructuras peligrosas como fierros expuestos representan un alto riesgo, especialmente para los niños.
La madre del pequeño, visiblemente afectada, expresó su preocupación y agradeció la rápida reacción de los vecinos y los paramédicos. Este caso ha encendido las alarmas sobre la necesidad de supervisión y prevención en las actividades cotidianas de los menores.
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